Trabajos en Altura en la Prevención de Riesgos Laborales

En PRV servicios de prevención y formación para los trabajadores nos preocupamos por todos los riesgos laborales que pueden afectar a los trabajadores, en particular en los trabajos en altura, ya que las caídas desde alturas representan un serio y persistente riesgo en el ámbito laboral, con consecuencias potencialmente fatales o graves. Estos incidentes ocurren en una variedad de sectores, incluyendo construcción, industria, mantenimiento, inspección y reparación, carga y descarga, entre otros.

Un estudio realizado entre 2014 y 2018 en el sector de la construcción, uno de los más afectados, arroja cifras alarmantes. Durante este período, se registró un promedio de 19 accidentes mortales al año debido a caídas desde alturas en España. Sorprendentemente, casi la mitad de estos accidentes ocurrieron a alturas superiores a 8 metros, y aproximadamente una cuarta parte tuvo lugar a menos de 6 metros. Al analizarlos junto con los accidentes con consecuencias graves, se revela que el 45% de estos incidentes se producen a alturas menores de 4 metros.

Estas caídas ocurren con mayor frecuencia desde cubiertas, seguidas de cerca por las caídas desde escaleras de mano y, posteriormente, desde andamios. Estas estadísticas destacan la importancia de implementar medidas preventivas efectivas para reducir el riesgo y garantizar la seguridad en el trabajo en altura.

Definición de trabajo en altura y riesgo de caída

El concepto de «trabajos en altura» abarca cualquier labor realizada por encima del nivel de referencia, considerando este último como la superficie desde la cual un trabajador o trabajadora podría caer y sufrir daños personales. En particular, se establece que los trabajos que implican un riesgo de caída desde una altura superior a 2 metros requieren el uso de sistemas de protección contra caídas. Esta medida se mide desde la superficie en la que se encuentra la persona hasta el nivel inferior en el que quedaría retenida en ausencia de protección. Sin embargo, la altura no es el único factor a considerar; el entorno y la naturaleza del lugar donde podría ocurrir la caída también juegan un papel crucial en la evaluación de riesgos. Esto incluye la presencia de obstáculos, zonas de maquinaria, o incluso la posibilidad de caer al agua. La evaluación de riesgos es fundamental para determinar si se requieren medidas preventivas o de protección en trabajos a alturas menores de 2 metros.

En cuanto a la normativa, el Real Decreto 1215/1997 regula los trabajos en altura cuando se llevan a cabo sobre escaleras de mano, andamios, sistemas de acceso mediante cuerdas o trabajos verticales. Sin embargo, existen otros tipos de maquinaria, como las plataformas elevadoras y transelevadores, diseñados para trabajar en altura, así como trabajos en altura que no involucran equipos de trabajo o maquinaria, como los realizados en cubiertas de construcción o tareas de poda y tala de árboles mediante sistemas de sujeción.

La prioridad en los trabajos en altura es llevarlos a cabo desde emplazamientos fijos siempre que se cumplan los requisitos de seguridad y ergonomía. Cuando esto no sea posible, la empresa tiene la responsabilidad de elegir el equipo de trabajo adecuado y adaptado a la tarea, garantizando el cumplimiento normativo, la implementación de medidas para reducir riesgos, el mantenimiento del equipo y la formación y capacitación del personal.

En el contexto de trabajos temporales en altura, se aplica lo estipulado en el Apartado 4 del Anexo II del Real Decreto 1215/1997. En esta normativa, se establece que la elección de equipos de trabajo se realiza con el propósito de garantizar condiciones laborales seguras y mantener la integridad de los trabajadores. Esto implica otorgar prioridad a las medidas de protección colectiva sobre las medidas de protección individual, y no permitir que la elección esté condicionada por criterios económicos.

Para la evaluación de riesgos y la selección de equipos de trabajo destinados a realizar labores en altura, se deben considerar varios factores fundamentales:

  1. Tipo de trabajo a ejecutar: Se analiza la naturaleza de la tarea y sus particularidades.
  2. Fases de ejecución y tareas específicas: Se detalla cada etapa del trabajo, incluyendo el montaje y desmontaje del equipo de trabajo.
  3. Condiciones ergonómicas y dificultades de las tareas: Se evalúan las posturas, movimientos y esfuerzos necesarios para completar las labores de manera segura.
  4. Materiales, herramientas y medios necesarios: Se determinan los recursos necesarios para llevar a cabo el trabajo en altura.
  5. Duración de las tareas: Se considera el tiempo estimado para completar las labores.
  6. Altura y ubicación del puesto de trabajo: Se evalúa la altura desde la cual se realizarán las tareas y su ubicación en el entorno.
  7. Número de personas involucradas: Se tiene en cuenta la cantidad de trabajadores que participarán en las labores en altura.
  8. Condiciones del lugar de trabajo: Se analizan las condiciones del sitio donde se llevarán a cabo los trabajos, incluyendo posibles obstáculos o áreas de riesgo.
  9. Condiciones meteorológicas y ambientales: Se considera el clima y las condiciones ambientales que puedan afectar la seguridad.
  10. Medidas de protección colectiva o equipos de protección individual: Se determina si es necesario recurrir a medidas específicas para prevenir riesgos, priorizando siempre las colectivas cuando sea posible.
  11. Medidas de protección adicionales: En casos donde los riesgos no puedan ser evitados o limitados de manera adecuada por otros medios, se deben implementar medidas de protección adicionales, como señalización y delimitación.

La elección adecuada de equipos y la evaluación exhaustiva de riesgos son fundamentales para garantizar la seguridad en trabajos temporales en altura. Estas medidas contribuyen a proteger la integridad de los trabajadores y a prevenir accidentes en entornos de trabajo elevados.

Tipos de trabajos en altura

Los trabajos en altura engloban diversos tipos de tareas, cada uno con sus propios riesgos y medidas preventivas asociadas:

Las escaleras de mano

Según la Guía técnica de Equipos de Trabajo, son aquellas que pueden ser transportadas manualmente sin necesidad de ayuda mecánica. Este término abarca tanto las escaleras suspendidas rígidas como las escaleras de cuerda. Existe una definición más completa en la norma UNE-EN 131-1, que las describe como dispositivos con peldaños o escalones que permiten a una persona subir o bajar y que pueden ser transportados y colocados manualmente. Entre los tipos de escaleras de mano se incluyen:

  1. Escaleras simples.
  2. Escaleras dobles autoestables o de tijera.
  3. Escaleras extensibles.
  4. Escaleras transformables.
  5. Escaleras telescópicas.
  6. Escaleras articuladas.
  7. Escaleras móviles con plataforma.

Es importante destacar que, de acuerdo con el Apartado 4.1.2 del Anexo II del Real Decreto 1215/1997, el uso de escaleras de mano conlleva siempre un riesgo. Por lo tanto, su utilización debe estar limitada a situaciones en las que no esté justificada la utilización de otros equipos de trabajo más seguros, debido a la combinación de un bajo nivel de riesgo y las características del emplazamiento. Por ejemplo, en espacios reducidos donde otros equipos de trabajo no sean prácticos, una escalera de mano puede ser la opción más adecuada.

Sin embargo, es esencial que se tomen medidas preventivas específicas al utilizar escaleras de mano, como la verificación de su estabilidad y la formación adecuada de los trabajadores que las utilizan. Esto contribuirá a minimizar los riesgos asociados con este tipo de trabajo en altura y garantizar la seguridad de los empleados.

Los andamios

Los andamios son equipos de trabajo esenciales en numerosas actividades que requieren trabajar en altura. Según la Guía Técnica basada en el Real Decreto 1215/1997, de 18 de julio, estos andamios se componen de una serie de elementos que se montan temporalmente o se instalan de manera permanente. Su finalidad principal es permitir la ejecución de trabajos en altura, el acceso a diversos puestos de trabajo y el almacenamiento de herramientas, productos y materiales necesarios para llevar a cabo las tareas correspondientes. Existen varios tipos de andamios, entre los que se incluyen:

  1. Plataformas suspendidas de nivel variable, que pueden ser fijas o temporales.
  2. Plataformas elevadoras sobre mástil, que se utilizan para elevar a los trabajadores a alturas específicas.
  3. Andamios de fachada prefabricados modulares, diseñados para su montaje en fachadas de edificios.
  4. Andamios metálicos tubulares no modulares, compuestos por tubos y accesorios que permiten su ensamblaje.
  5. Torres de acceso y torres de trabajo fijas y móviles, que proporcionan un acceso seguro a zonas elevadas.
  6. Andamios de escalerilla y cruceta, que se caracterizan por su estructura de escalera y cruz.
  7. Andamios de caballetes o borriquetas, diseñados para trabajar a alturas limitadas, generalmente hasta 3 metros.

Cabe destacar que el uso de andamios es fundamental en muchas situaciones de trabajo en altura, ya que proporcionan un entorno seguro y estable para los trabajadores. Sin embargo, su montaje y uso deben cumplir con las normativas de seguridad y salud aplicables, y los trabajadores que los utilicen deben recibir la formación adecuada para garantizar su seguridad y prevenir accidentes.

Sistemas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas o trabajos verticales

Los sistemas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas, comúnmente conocidos como trabajos verticales, desempeñan un papel fundamental en diversas situaciones que requieren operar a alturas significativas o en ubicaciones de difícil acceso. Estas técnicas se utilizan para llevar a cabo trabajos en fachadas de edificios, diques, taludes, puentes, silos, torres de telecomunicación, líneas eléctricas aéreas, entre otros. También son aplicables en entornos especiales, como espacios confinados o zonas de difícil acceso, como acantilados, pozos y cisternas.

Los sistemas de acceso mediante cuerdas constan de una línea de trabajo y una línea de seguridad, ambas sujetas por separado, y se emplean para acceder y salir de la zona de trabajo, así como para la sujeción, evacuación o, en situaciones de emergencia, rescate de los trabajadores. Estas líneas de trabajo y seguridad están equipadas con dispositivos de regulación de cuerda que permiten a los trabajadores cambiar su posición a lo largo de la cuerda de manera segura y bloquearse automáticamente en caso de carga.

La elección de utilizar técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas se basa en una evaluación de riesgos que demuestra que esta es la forma más segura de llevar a cabo la tarea en cuestión. Esta elección puede deberse a varias razones, entre ellas:

  1. Imposibilidad técnica de utilizar otros equipos de trabajo, como en el caso de trabajos en espacios confinados, pozos o en fachadas a gran altura.
  2. Mayor seguridad en comparación con otros equipos, ya que montar o utilizar alternativas podría generar riesgos adicionales.
  3. Trabajos de corta duración o situaciones de emergencia que requieren una intervención rápida y no permiten el tiempo necesario para preparar y montar equipos alternativos.

En todos los casos, es fundamental realizar una evaluación exhaustiva de riesgos y adoptar medidas de seguridad apropiadas para garantizar la seguridad de los trabajadores que llevan a cabo estas tareas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas. Además, es esencial que los trabajadores que empleen estas técnicas estén adecuadamente formados y sean conscientes de los procedimientos de seguridad para prevenir accidentes y garantizar un entorno de trabajo seguro.

Plataformas elevadoras móviles de personal (PEMP)

Las Plataformas Elevadoras Móviles de Personal, conocidas como PEMP, desempeñan un papel fundamental en una variedad de industrias y sectores, permitiendo a los trabajadores acceder a alturas y posiciones de trabajo de manera segura. Estas máquinas móviles están diseñadas para elevar a los trabajadores hasta sus puestos de trabajo en una plataforma, desde donde pueden llevar a cabo tareas específicas. Es importante destacar que las personas solo deben entrar y salir de la plataforma de trabajo desde las posiciones de acceso a nivel del suelo o desde el chasis de la máquina.

Las PEMP se clasifican en grupos A y B, según la proyección vertical de su centro de gravedad, y se dividen en tipos 1, 2 y 3, en función de su capacidad de traslación y control. Los grupos A incluyen aquellas PEMP cuyo centro de gravedad se encuentra dentro de las líneas de vuelco, lo que significa que se mueven principalmente en su eje vertical o con una inclinación máxima determinada por el fabricante. Esto se aplica a las PEMP de mástil vertical o de tijera, entre otras. El grupo B engloba el resto de PEMP, como las de brazo articulado o estructura telescópica.

Los tipos de PEMP se definen de la siguiente manera:

  • Tipo 1: Estas PEMP solo pueden trasladarse en la posición de transporte y no durante la ejecución del trabajo, es decir, sin elevar la plataforma de trabajo.
  • Tipo 2: Las PEMP de tipo 2 tienen la capacidad de trasladarse con la plataforma de trabajo elevada, pero solo a través de un control de mandos ubicado en el chasis.
  • Tipo 3: Las PEMP de tipo 3 pueden trasladarse con la plataforma de trabajo elevada desde un control de mandos situado en la propia plataforma. Las PEMP de tipo 1 y 2 pueden combinarse según las necesidades de la tarea.

La elección de la PEMP adecuada se basa en una serie de criterios, como la altura de trabajo requerida, la capacidad de carga, el número máximo de personas que utilizarán la plataforma simultáneamente, el tipo de trabajo a realizar, el entorno (interior o exterior), la configuración del espacio y los obstáculos presentes, así como la morfología del terreno.

Es esencial destacar que las PEMP están reguladas por normativas y directivas específicas, como la Directiva de Máquinas 2006/42/CE y los respectivos Real Decreto y normativas nacionales. Además, en el contexto de las obras de construcción, se aplican las normativas específicas que rigen la seguridad y salud en el trabajo en este sector. La selección adecuada de una PEMP y su uso seguro son fundamentales para garantizar la seguridad de los trabajadores y la eficiencia en una variedad de tareas.

Tipos de medidas preventivas contra las caídas en altura

Para prevenir las caídas en altura y garantizar la seguridad de los trabajadores, es fundamental implementar una serie de medidas preventivas adecuadas. Estas medidas deben seguir los principios de la acción preventiva, priorizando la organización del trabajo y la formación, así como la instalación de dispositivos de protección colectiva. En última instancia, se recurre a medidas de protección individual, como sistemas anticaídas, cuando los medios de protección colectiva no eliminan por completo el riesgo.

A continuación, se resumen las medidas preventivas más importantes contra las caídas en altura:

  1. Protección colectiva: Esta medida implica la instalación de barreras, barandillas, redes de seguridad y otros dispositivos que evitan que los trabajadores lleguen al borde y caigan. Estos sistemas deben ser preferidos siempre que sea posible y apropiado para la tarea.
  2. Formación: Proporcionar una formación adecuada a los trabajadores es esencial. Deben conocer los riesgos asociados con el trabajo en altura, las medidas de seguridad a seguir y el uso correcto de equipos de protección.
  3. Organización del trabajo: Planificar las tareas de forma que se minimicen los riesgos de caídas. Esto incluye la organización eficiente del espacio de trabajo y la secuencia de tareas.
  4. Equipos de protección individual (EPI): Cuando no sea posible eliminar el riesgo mediante medidas colectivas o de organización del trabajo, se deben proporcionar sistemas de protección individual. Estos pueden incluir arneses, líneas de vida, dispositivos anticaídas, cascos, calzado adecuado, etc.
  5. Inspección y mantenimiento: Los equipos de protección y los dispositivos de seguridad deben inspeccionarse regularmente y mantenerse en óptimas condiciones para garantizar su eficacia.
  6. Señalización: Se deben utilizar señales y avisos para alertar a los trabajadores sobre los peligros de caídas en altura y las zonas de riesgo.
  7. Evaluación de riesgos: Antes de comenzar cualquier tarea en altura, es necesario llevar a cabo una evaluación de riesgos para identificar los peligros específicos y determinar las medidas preventivas adecuadas.

La combinación de estas medidas preventivas ayuda a reducir significativamente el riesgo de caídas en altura y, en consecuencia, mejora la seguridad en el lugar de trabajo. Es importante que tanto empleadores como trabajadores sean conscientes de su responsabilidad en la implementación y seguimiento de estas medidas para evitar accidentes graves o mortales.

La realización de trabajos en altura presenta desafíos significativos en términos de seguridad laboral, y aquí es donde la figura del coordinador de seguridad y salud juega un papel crucial. Este profesional se convierte en el gestor central de la prevención de riesgos asociados a trabajos en altura, encargándose de planificar y supervisar medidas preventivas específicas.

El coordinador colabora estrechamente con los equipos involucrados, asegurando que se implementen prácticas seguras, se utilicen equipos de protección personal adecuados y se cumplan las normativas establecidas. Además, evalúa las condiciones del entorno de trabajo en altura, establece procedimientos de emergencia y evacuación, y se asegura de que los trabajadores estén debidamente capacitados. Su labor no solo consiste en mitigar los riesgos inmediatos, sino también en promover una cultura de seguridad que fomente la conciencia y responsabilidad entre los trabajadores que realizan labores en alturas elevadas.

La coordinación efectiva del responsable de seguridad y salud es esencial para prevenir caídas y garantizar un entorno laboral seguro y conforme a los estándares de prevención en trabajos en altura.